Si imaginásemos una escandalizada reunión de consorcio en el Cabildo de los primeros años de la Patria, de seguro a los más chismosos se les caería la baba por contar lo que la educación oficial dejó al margen. ¿Por qué? Tan simple como que ciertas verdades quedaron ocultas en las páginas de los libros primarios. Próceres exaltados en su 'bondad', corrupción oculta, orígenes confusos, batallas no trascendidas y falsas concepciones, conforman la lista del "tabú" histórico nacional. Aquí algunos casos que las versiones escolarizadas dejaron de lado al momento de instruir.
El precio de la "libertad de prensa"
La versión escolarizada cuenta que Manuel Dorrego fue derrocado y fusilado por oponerse al unitarismo, pero sobre todo porque cuando se estaba ganando la guerra contra la Banda Oriental, él la reconoció como un país independiente. Sin embargo, para el historiador Norberto Galasso esta es una concepción errónea, ya que Dorrego habría sido muerto por vincular a Bernardino Rivadavia con un hecho grave de corrupción.
"Dorrego publicaba artículos en el diario El tribuno. Desde allí, incomodó al gobierno de Buenos Aires, criticando al sistema centralista, pero también denunciando un hecho de corrupción trascendente. Ocurrió cuando la Minning Association, una empresa inglesa, se interesó por la explotación de minas en La Rioja. Esta no podía producir por la normativa que señalaba a las minas como recursos de las provincias. ¿Qué hizo Rivadavia? Aprovechó su mayoría en el Congreso, modificó la ley y estableció: "Las riquezas del país pasan a la jurisdicción del presidente de la república". Poco después, Dorrego escribió un artículo denunciando que Rivadavia la había convertido en su negocio", cuenta el historiador Norberto Galasso. Y agrega: "A un gobernador derrocado se lo hacía exiliar o se lo apresaba: jamás era fusilado. Lavalle es el supuesto líder del ejército que se enfurece, y da la casualidad de que él era un hombre de Rivadavia".
Al momento de hablar de Bernardino Rivadavia, las versiones clásicas lo consideran un demócrata y a menudo se lo etiqueta como "el más grande hombre civil". Las instrucciones escolares hablan de que sus gestiones lograron desarrollar un gran progreso general para los pagos rioplatenses. Sin embargo, Galasso opina lo contrario: "Su gestión fue desastrosa. Entre algunas de sus falencias está la inauguración de la deuda externa, la confección de una constitución totalmente aristocrática y centralista y el inicio de un período de libre importación que provoca un sin fin de perjuicios para la economía local".
El maestrito y su pandilla
Por los pasillos de las aulas primarias todavía resuenan comentarios del tipo: "Sarmiento jamás faltó a clase, era un alumno prolijo, bueno y cumplidor". José Ignacio García Hamilton le agrega un poco de color al repertorio del maestro de los maestros. Es que, de acuerdo al historiador, el ex Presidente de la Nación era dueño de un comportamiento y un carácter detestable. Tenía 12 años, había completado la escuela primaria y, para continuar los estudios secundarios, aspiraba a ser becado en el Nacional Buenos Aires. Pero como las becas eran menores a la cantidad de postulantes, todo terminó en un sorteo que no favoreció al joven Sarmiento.
"Esta gran decepción acentúa su carácter agresivo. Y en la adolescencia, Sarmiento se convierte en el líder de una pandilla de matones que azotaban las calles de la ciudad, provocando a jóvenes de los barrios linderos. Los encuentros solían darse los domingos, y en una de esas jornadas la bandita de Domingo acometió con pedradas y palos a unos muchachos de los barrios de Colonia y Valdivia, algunos de los cuales fueron tomados prisioneros y paseados insolentemente en ese carácter", cuenta Hamilton. Y agrega: "Pero no todo terminó allí: al jueves siguiente los agredidos se habían reorganizado para buscar venganza por la humillación recibida. Domingo citó a su gente, pero la cantidad de los enemigos era tal que Sarmiento sólo pudo conseguir a seis de sus amigos. ¿El resultado? Una paliza inolvidable que posteriormente el prócer inmortaliza en algunas de sus memorias".
San Martín, mestizo y burgués
La versión oficial indica que José es hijo de Juan de San Martín y Gregoria Matorras. Pero el historiador Hugo Chumbita insiste en que el prócer fue concebido luego de un relación fugaz entre la indígena Rosa Guarú –criada de la familia San Martín– y Diego de Alvear. "Rosa lo tuvo unos meses hasta que por orden de Alvear, 'Josecito' es adoptado por la familia San Martín y llevado a España para comenzar la carrera militar, financiada por Diego, su padre legítimo", afirma Chumbita. Para el historiador, que solicitó el año pasado un examen de ADN para corroborar definitivamente el origen del prócer, los elementos que sostienen la hipótesis existen: "Primero, jamás se encontró su partida de nacimiento y además Gregoria Matorras ya era demasiado grande como para concebir. Hay documentos que exponen que José de San martín era de aspecto mestizo, que él mismo a veces se autodenominaba el 'indio misionero' y que los enemigos lo nombraban como 'el cholo de Misiones'. Siguiendo esta línea, el libertador sería hermano de Carlos Alvear (con quien comparte la creación de la Logia Lautaro), quien se posicionó como un acérrimo enemigo.
Por otro lado, García Hamilton y Hugo Chumbita coinciden en que es inaceptable considerar que El Libertador fue un hombre pobre. García Hamilton señala: "San Martín va a amasar una fortuna gracias a las diversas propiedades que recibe: la familia de Remedios de Escalada le va a dejar una importante suma de dinero y una casa que hoy es un banco (ubicado en el Microcentro porteño); el cabildo de Mendoza le regala un campo en esa provincia, actitud que también toma el cabildo de Santiago de Chile. También el gobierno de Perú le otorga una pensión vitalicia. Y a todo esto, podemos sumarle los 12.500 pesos que le quedan por esa llamativa compra de barcos con fondos públicos. No quedan dudas de que dinero no le faltaba". En tanto, para Chumbita la base de ese supuesto patrimonio, se explica por una cantidad de dinero considerable que Diego de Alvear le regala en España, poco antes de que el revolucionario regrese a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
¿Por qué en la escuela no nos cuentan esto? Los historiadores concluyen que la tendencia a enaltecer sin limitaciones la figura de ciertos personajes de la historia surge de la necesidad de crear una identidad nacional que represente los más profundos valores de una nación relativamente nueva y de adecuar la información para con los más chicos. Algunos hasta opinan que se trata de evadir ciertos datos para nada coincidentes con un sistema que por momentos se mostró como aristocrático. De todas formas, la mayoría de los consultados advierte que resulta necesario e interesante "humanizar" a los protagonistas de la construcción de un Estado independiente, para entender que la historia se ha construido por personas y no por semidioses. Aunque eso sí, estos detalles, en definitiva, casi nunca traspasan la calidad de pequeño complemento. Es que en la práctica lo trascendente es el proceso general de sus respectivas gestiones. Y, de esta manera, se logra comprender un poco más a estos grandes y complejos hombres, que dedicaron su vida a lograr un modelo de país acertado.
Belgrano, según Felipe Pigna
Para Pigna, en la escuela sólo destacan de Belgrano uno o dos aspectos de su vida. Esto responde a una cuestión ideológica de cómo ocultar ideas que hoy son políticamente incorrectas. Según el historiador, Belgrano es mucho más que el creador de la bandera: "Es uno de los primeros economistas del Río de la Plata: propone una nueva reforma agraria, el primer ensayo constitucional de la Argentina, habla del reparto de tierras, del respeto a las culturas nativas y de su representación, de la necesidad de crear escuelas bilingües, de la importancia de la justicia y de la equidad; de la industria y de la educación universal gratuita y obligatoria, cuando todavía se debatía la validez de aquello".
Pero para Pigna hay una intención de recortar a los próceres en tareas específicas -San Martín, el que cruzó los andes; Belgrano, el que hizo la bandera; y Sarmiento, el que creó escuelas- para enseñar que hay una continuidad, que el orden establecido no será cambiado y que la historia fue hecha por prohombres. "Esto hace que los ciudadanos comunes deserten de ciertos valores y tiende a crear una aristocracia, a separar una historia común del resto. Cuando la gente se siente parte, la cosa cambia", señala.
La Vuelta de Obligado, según Pacho O'Donnell
Para el autor de "Juan Manuel de Rosas, el maldito de la historia oficial", uno de los aspectos más negados por nuestra historia es la resistencia al ataque de Inglaterra y Francia durante el gobierno de Rosas, que se conoce como la batalla de la "Vuelta de Obligado". O'Donnell subraya que así se logró así impedir el objetivo invasor: crear una república mesopotámica que permita internacionalizar los ríos Paraná y Uruguay. "Este acontecimiento merece un feriado nacional. Pero como fue un hecho que sucedió durante la gestión de Rosas no se lo reconoce. Y sin embargo, por esto, Rosas recibe el sable corvo del General José de San Martín", dice el historiador.
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